México Argentina.
La explicación teórico practica de la percepción y la realidad.
El pasado domingo 27 de junio, después de la derrota frente a la albiceleste permeo en el país un semblante de incredulidad, sorpresa, tristeza, decepción y desilusión. Esta última palabra defínelo que en realidad sucedió. Una des- ilusión.
Una des- ilusión derivada del desconocimiento de la historia, la ley de la probabilidad, la estadística y sobre todo de la realidad deportiva del País. Esta ilusión creada en el colectivo popular, resultan mero asunto de percepción y no de realidad. De entrada, ninguna de las televisoras mexicanas, anuncio o prometió como campeón del mundo a México, resulta falaz afirmar lo contrario. Desde luego la selección mexicana y el futbol resultan productos comercializables y en ese tenor explotaron hasta la saciedad la imagen de los jugadores. Todos hicimos sandwich.
Por otro lado, la calificación al mundial obedece a nuestra situación geográfica y no a nuestra (ahora evidente) calidad futbolística, cabe destacar que algunos de nuestros rivales de eliminatoria mundialista son Aruba, Barbados, Islas caimán, Haití, Jamaica, Canadá, Trinidad y Tobago, entre otros. Razón por la cual México califica cada cuatrienio. Por increíble que parezca no siempre con facilidad, tanto para el mundial de 2002 como para Sudáfrica, calificamos nerviosamente dando tumbos. Primer indicio de la realidad, México no es un equipo de talla mundial.
México difícilmente calificaría si sus rivales geográficos fueran los combinados de Brasil, Argentina y Uruguay. Cosa que nos ubicaría de inmediato en la justa proporción del Tricolor. Pare ejemplo dos botones, México nunca ha ganado una Copa América, o eliminado a Argentina. Segundo Indicio de la realidad. México es inferior a los equipos multi campeones del mundo y reconocerlo no afecta el patriotismo.
El chispazo de esperanza generado por el triunfo de la entonces selección sub-17 en Perú, ilusiono falsamente (valga la redundancia), pues solamente un cuarteto de jugadores de esa selección emigraron a Europa, solamente 2 de ellos tendrían mediano éxito en clubes de poco nombre. Los otros dos, en Barcelona y Londres, fueron relegados a la banca y clubes de menor ralea. Más aun, la nueva generación de subs 17, no fue capaz de calificar al mundial que refrendaría el titulo y en su oportunidad, los otrora campeones del torneo, no lograron calificar a los Juegos Olímpicos de Beijing. Tercer indicio, inconsistencia. Alerta amarilla.
Existe un ánimo colectivo para insistir que México se crece ante los equipos grandes. Desde luego este aspecto amerita algunas precisiones. Este estribillo deriva de los cotejos celebrados con Italia en ’94, 2002, Holanda y Alemania en 1998 y finalmente Argentina en 2006. Cabe destacar en esas ocasiones obtuvimos empates y derrotas, mismas que dejaron un buen sabor debido a la pelea que se le dio a las escuadras en cita. México jugo como nunca y perdió como siempre. Cuarto Indicio. Alerta anaranjada.
Previo a la edición del mundial. El técnico nacional anuncio en repetidas ocasiones que calificar a octavos de final sería muy complicado, que él solamente había sido contratado para calificar a la selección y que lo demás seria ganancia.
Quinto indicio. Metas divergentes entre lo planeado al interior y lo soñado al exterior. Alerta Roja.
Quinto indicio. Metas divergentes entre lo planeado al interior y lo soñado al exterior. Alerta Roja.
La capacidad de olvido del mexicano y la dosis de suerte con la que corrió el tri, fueron otro factor. La capacidad de olvido ante las contundentes derrotas frente a Holanda e Inglaterra fueron superadas ante la euforia de vencer al todavía campeón del mundo Italia. La historia nos desengañaría mostrando el bache que atraviesan los italianos. Nos desengañaría también en el partido ante las pobres exhibiciones frente a Sudáfrica y Uruguay. Claro, no olvido el clamor frente a Francia. La cual también cruzaba por un lastimoso sendero.
Sexto indicio. Comparaciones desproporcionadas. Alerta escarlata.
Sexto indicio. Comparaciones desproporcionadas. Alerta escarlata.
México fue eliminado con justicia de la copa del mundo, por un rival ampliamente superior y con resultados que lo avalan como posible campeón del mundo.
El error arbitral sufrido, es parte del juego y países de mayor peso lo han vivido en carne propia, erradiquemos la teoría conspirativa aquella de que Argentina fue favorecido. De entrada recuerdo que se asistió al partido inaugural temerosos de que el anfitrión fuera favorecido ente la superioridad mexicana, lo cierto fue que no hubo tal necesidad y México se salvo de la derrota a escasos minutos del final ante un balón estrellado en el poste bajo la mirada y maniobra inútil de Oscar Pérez. Séptimo y final indicio. Bajo nivel de competencia.
Caso contrario previo y durante el mundial, México no mostro resultados que lo pudieran ubicar como un serio candidato al título. No obstante ostentamos la dudoso honor de haber calificado 5 veces consecutivas al mundial y haber sido eliminados en igual número de ocasiones en la misma etapa.
De donde broto tanto rostro compungido, tanta incredulidad? México es un equipo de media tabla, incapaz de superarse. Porque no reconocerlo?
Muchos se han molestado cuando les cito a José Ramón Fernández;
“Los equipos grandes siguen, siguen, siguen. México, se queda, se queda, se queda.”
“Los equipos grandes siguen, siguen, siguen. México, se queda, se queda, se queda.”
Joel Hernández.
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