lunes, 15 de agosto de 2011

Cambiar al mundo. Notas inútiles que nadie leerá. (Mi luchita).


Aproximadamente una década atrás, una compañía gasera de esta ciudad (San Luis Potosí) inicio una aberrante modalidad de distribución de sus productos. Tuvieron la malsana ocurrencia de instalar una bocina en sus unidades para recorrer las calles reproduciendo hasta el punto de lo enfermo y absurdo “spots” musicalizados con Celia Cruz. A todas horas y en todos lados. Sábado y domingo incluido. Desde las 8:00 am, nada menos.
Esto parece no molestar a la Dirección de Transito Municipal. A mi sí.

En primer término el articulo 122 fracción II del Reglamento de Tránsito de San Luis Potosí prevé que los conductores  deberán “Abstenerse de producir ruido excesivo o molesto con equipo de sonido, claxon o motor del vehículo”

Ese mismo ordenamiento legal, en su arábigo 184 dispone una tabla, misma que en su apartado 200 contempla una sanción de 10 salarios mínimos derivada de Utilizar equipo de sonido en la vía pública integrado al vehículo, a un volumen que moleste al sistema auditivo”.

El sitio web de la gasera Potogas (pionera de la idea) presume100 camiones para servicio a cilindros y 25 autotanques, para un servicio rápido y eficiente”. Si el salario mínimo en San Luis (Zona C) es de $56.70, Potogas tendría multas diarias por $70,875.
Todas las gaseras emplean esta soez técnica adaptada de los otrora vigentes ropavejeros. Changarros móviles de perifoneo anuncian ofertas de supermercados, circos y lucha libre. Otra variante adoptada por repartidores de tortillas degeneró en motocicletas pitando por doquier.

¿Que va a pasar el día que los del agua, el pan, las refresqueras, las papas fritas y las cerveceras hagan lo mismo? ¿Y si un día se le suman abogados, contadores, dentistas, plomeros y políticos en campaña?

Esta es la anarquía. Alguien haga algo.

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